Los titulares de prensa y las noticias en televisión, han dejado muy claro lo que esta sucediendo, el EPR se adujdica el sabotaje a PEMEX, unos días antes teníamos en primera plana el número de muertos que había a consecuencia del narcotráfico, cuando esto dio paso a una "tregua", aparece el caso de Zhenli Ye Gon, continuamos con la aparición de grietas en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Primero, por la trágica apertura del suelo en Iztapalapa, que acabó con la vida de un joven de 19 años; luego, el reblandecimiento de terreno en el municipio de Nezahualcoyotl en el Estado de México, para rematar ahora en Julio con la noticia del sabotaje de PEMEX, curiosamente, en este caso habría que ponerse a pensar un poco y analizar desde como se encuentra organizada la guerrilla en México.
La guerrilla en México es más un actor histórico o político que militar, por ello fue de llamar la atención la capacidad operativa de este grupo. Sin embargo, el tratamiento de la información no es del todo original si la entendemos como parte de una serie de mensajes que tienen como efecto, la generación de miedo entre la sociedad; habría que preguntarse si el EPR, se esta adjudicando esto como dice el refrán " a río revuelto ganancia de pescadores"
Lo que importa es que el peligro se encuentra presente, de eso no existe duda, pero lo interesante es que en estos casos el miedo pasa a ser el protagonista, tal como lo expresa Mario Campos "En ocasiones, la causa de insomnio debería ser el calentamiento global, con sus potenciales efectos catastróficos; en otros, la violencia del narcotráfico o las amenazas más allá de nuestras fronteras como el terrorismo, la gripe aviar o el mal de las vacas locas; esta sucesión de amenazas lejanas que se vuelven próximas, en buena medida, por el papel de los medios de comunicación que construyen realidades en las que los consumidores somos potenciales receptores de todos los males habidos y por haber".
Zygmunt Bauman (Miedo líquido, la sociedad contemporánea y sus temores. Ed. Paidos), nos habla de que se creía que la modernidad iba a ser aquel período de la historia humana en el que, por fin, quedarían atrás los temores que atenazaban la vida social del pasado y los seres humanos podríamos controlar nuestras vidas y dominar las imprevisibles fuerzas de los mundos social y natural. Y, en cambio, en los albores del siglo XXI volvemos a vivir una época de miedo. Tanto si nos referimos al miedo a las catástrofes naturales y medioambientales, o al miedo a los atentados terroristas indiscriminados, en la actualidad experimentamos una ansiedad constante por los peligros que pueden azotarnos sin previo aviso y en cualquier momento. «Miedo» es el término que empleamos para describir la incertidumbre que caracteriza nuestra era moderna líquida, nuestra ignorancia sobre la amenaza concreta que se cierne sobre nosotros y nuestra incapacidad para determinar qué podemos hacer (y qué no) para contrarrestarla.
Lo que importa es que el peligro se encuentra presente, de eso no existe duda, pero lo interesante es que en estos casos el miedo pasa a ser el protagonista, tal como lo expresa Mario Campos "En ocasiones, la causa de insomnio debería ser el calentamiento global, con sus potenciales efectos catastróficos; en otros, la violencia del narcotráfico o las amenazas más allá de nuestras fronteras como el terrorismo, la gripe aviar o el mal de las vacas locas; esta sucesión de amenazas lejanas que se vuelven próximas, en buena medida, por el papel de los medios de comunicación que construyen realidades en las que los consumidores somos potenciales receptores de todos los males habidos y por haber".
Zygmunt Bauman (Miedo líquido, la sociedad contemporánea y sus temores. Ed. Paidos), nos habla de que se creía que la modernidad iba a ser aquel período de la historia humana en el que, por fin, quedarían atrás los temores que atenazaban la vida social del pasado y los seres humanos podríamos controlar nuestras vidas y dominar las imprevisibles fuerzas de los mundos social y natural. Y, en cambio, en los albores del siglo XXI volvemos a vivir una época de miedo. Tanto si nos referimos al miedo a las catástrofes naturales y medioambientales, o al miedo a los atentados terroristas indiscriminados, en la actualidad experimentamos una ansiedad constante por los peligros que pueden azotarnos sin previo aviso y en cualquier momento. «Miedo» es el término que empleamos para describir la incertidumbre que caracteriza nuestra era moderna líquida, nuestra ignorancia sobre la amenaza concreta que se cierne sobre nosotros y nuestra incapacidad para determinar qué podemos hacer (y qué no) para contrarrestarla.
¿ Qué sigue después del miedo? ojalá que no sea la resignación ya que esto conduce al estancamiento y a la muerte, en cambio la aceptación de que existen hechos como parte de.... nos lleve a poder confrontarlos y poder asumir una manera diferente de abordarlos... adelante... siempre adelante...
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