Demasiado trabajo y demasiada alejada de los nuevos cambios por venir, y en una manera de ponerme al corriente encuentro en la pág.de David de Ugarte que nos habla de Filé, de neovenecianismo…. En fin creo que hay que ponerse al corriente con algunas cosas, aquí tomo algunas cosas que escribe David, solo que quizá por los tiempos que pasan en México, quizá estoy envuelta en ese pesimismo que ahora ronda por aquí y más aún después de haber estado el mes pasado en el Congreso de Educación y haber escuchado la gran labor que se tiene que iniciar sobre ética y sobre valores, no me queda más que pensar cuánto falta o que nos hace falta para dar el primer paso de poder tomar esto como una verdadera alternativa.
File o filé, es el nombre que reciben las comunidades neovenecianas. Se trata de organizaciones reticulares, identitarias y postnacionales que se sustentan sobre un metabolismo económico propio. El equivalente romano de filé es tribu. Las filés son en sí, más allá de sus proyectos, el desarrollo, la forma de organización social a través de las que millones de personas salen de la misería. Si el estado se basa en los impuestos, la filé se basa en el comercio. Si el estado se sostiene mediante la imposición legal a los nacidos en un territorio, la filé se construye sobre contratos libres. Si el estado precisa de la homogeneización nacional, la filé precisa de la diferencia, de la heterogeneidad, para dar valor a su comercio. El mundo del estado es del hormigón de los edificios oficiales, el de las filés del adobe de los zocos.
File o filé, es el nombre que reciben las comunidades neovenecianas. Se trata de organizaciones reticulares, identitarias y postnacionales que se sustentan sobre un metabolismo económico propio. El equivalente romano de filé es tribu. Las filés son en sí, más allá de sus proyectos, el desarrollo, la forma de organización social a través de las que millones de personas salen de la misería. Si el estado se basa en los impuestos, la filé se basa en el comercio. Si el estado se sostiene mediante la imposición legal a los nacidos en un territorio, la filé se construye sobre contratos libres. Si el estado precisa de la homogeneización nacional, la filé precisa de la diferencia, de la heterogeneidad, para dar valor a su comercio. El mundo del estado es del hormigón de los edificios oficiales, el de las filés del adobe de los zocos.
¿Pero las filé? A día de hoy son las únicas que garantizan a sus miembros mínimos sociales, libertad de comercio… y lo que es más importante, libertad de segregación, libertad para marcharse y vivir como cada cual quiera cuando quiera.
El estado nacional es, hoy por hoy, el resultado de una enfermedad terminal. Puede llevarnos por delante, pero no tiene futuro. El futuro se dirimirá entre formas de nuevo tipo.
En ese horizonte, las filés son las “buenas”, las herederas de valores de libertad y comercio. Las otras, que hoy vemos germinales como las mafias transnacionales (que ya se compran estados) o esa nube ya casi intangible conocida por al Qaeda, son curiosamente más resistentes a la evolución totalitaria del estado.
Comentarios
Este es un tiempo donde explorar, experimentar es más importante que nunca, precisamente porque de la crisis de los estados nacionales sólo nos van a venir disgustos... y hace falta aclarar alternativas...